Y Capté el Mensaje

Antes me molestaba.

Cuando era joven... bueno, todavía soy joven, pero ya sabéis qué quiero decir...

Bueno, resulta que hace mucho tiempo yo creía que tenía el trabajo más duro de toda mi familia.
Al principio estaba bien. Muy al principio, vivir y morir eran cosas nuevas, y la gente lo hacía con el entusiasmo que siempre despiertan las cosas nuevas. Les gustaba verme, al principio y al final. Me lo contaban todo, sabéis. Su vida entera.

Después de un tiempo se hizo más dificil.
Los únicos que me daban la bienvenida lo hacían para escapar de algo malo o intolerable. El resto sólo deseaba que yo desapareciera, como si morir fuese reconocer un fracaso.
Eso me entristecía. Sabéis. Estaba triste demasiado tiempo. Pensé en dejarlo todo... en abandonar.

... Y un día lo hice. Fue hace mucho tiempo, mucho antes de que existiese este mundo. Me negué a volver a hacerlo. Dejé de tomar vidas. Gente y animales, pájaros y bacterias, peces e ideas; nada moría. El caos y el dolor fueron terribles, y después empeoraron. Como he dicho, nada moría.

Enviaron a un jóven a verme. Recorrió un largo camino, pero al fin me encontró, y me suplicó. Y yo volví y vi lo que había hecho. Y volví al trabajo, ¿Sabéis? como si nada. Porque sabía cuál era la alternativa. Y no era muy agradable.
Luego, un tiempo después, me volví dura y fría y quebradiza por dentro. Empezó a molestarme de veras. La gente está de lo más satisfecha por haber nacido, como si lo hubiesen hecho ellos mismos. Y a veces era así. Pero se enfadaban y se sentían heridos y deshechos al morir, aunque lo hubiesen hecho ellos mismos. Y a veces era así.

Y un día, una niña me miró cuando la tomé, muy gélida y distante y orgullosa, y me dijo: "¿A ti te gustaría?" No dijo nada más, pero me hizo daño y me hizo pensar. Y decidí que cada cien años me tomaría un día para vivirlo, para ver si me gustaba, y para ver que aprendía.

Y después de mi primer día viva, cuando me encontré conmigo, me volví y me dije que era una bruja estirada, frígida y sin corazón... solo que no lo dije con tanta consideración.

Y capté el mensaje.

Veréis, cuando alguien muere, se siente bastante deshecho, o herido, o peor. Y todo lo que necesitan es una palabra amable y una cara amistosa. La gente quizá no esté preparada para recibir mi regalo, pero lo recibirán igualmente. Las tierras sin sol están muy lejos, el viaje es duro, y la mayoría agradecéis la compañia de un amigo.
Al final todos acabamos desnudos - Al final todos acabamos solos.

Y desde que averigué esto -No es que sea muy profundo, pero me costó bastante comprenderlo- me va bastante bien. He conocido tantas cosas y gente y mundos fantásticos. He aprendido tanto. A mucha gente no le gusta su trabajo, ¿verdad?
Bueno, pues tengo mucha suerte.

Ya nos veremos.


~Muerte, un cuento de Invierno - Neil Gaiman
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Me encanta mucho.